'The Last Kiss' (2006) de Tony Goldwyn; Eso Que Pasa Después de Los 29
La película de Gabriele Muccino, ‘L'Ultimo Baccio’, es el punto de inspiración que une a Tony Goldwyn y a Paul Haggis en este proyecto titulado 'The Last Kiss', protagonizado por Zach Braff, Jacinda Barrett y Rachel Bilson.
Así es, Haggis adaptó la cinta de Mucccino y se puso de acuerdo con Goldwyn para que éste la dirigiese. La idea era difundir una historia ideal, una que indagara en la temática más solicitada y cuestionada, casi siempre, por personas que cursan los treinta… la del pánico a crecer y comprometerse en una relación, ser responsable… pero de verdad.
La trama principal trata sobre un tipo llamado Michael (Zach Braff), un afortunado arquitecto que convive con una hermosa mujer llamada Jenna (Jacinda Barrett). Juntos conforman una bella y joven pareja, muy bien vista por todos. El problema es que Michael no se siente bien con la relación, a pesar de tener todo lo que se propuso en la vida como persona. La razón es que Jenna tiene diez semanas de embarazo, y él, después de –obviamente- alegrarse por la noticia, descubre que no sabe si en realidad está realmente dispuesto a asumir semejante compromiso, tanto consigo mismo como con Jenna y el bebé. Es por ello que surgen leves dudas en su cabeza, las cuales se amplían aun más cuando Kim (Rachel Bilson) aparece en su vida de manera mágica y a la vez riesgosa y provocadora. Ella, estudiante universitaria, parece ser la mujer perfecta, una sensual chica que, con la excusa de que Michael se siente triste y atrapado en un mundo falso y sin amor, se propone conquistarlo con sus atrevidos encantos, reviviendo aquellos sentimientos que no volvió a sentir nunca más después de dejar los estudios, después de ser un adolescente y transformarse en adulto.
Las demás historias sirven para complementar la narrativa trascendental de este film. La situación de Chris (Casey Affleck) por ejemplo. Él es un sujeto parecido a Michael; digámoslo como metáfora: una visión del protagonista dos años después. Chris ya tiene un bebé, y vive día a día la metamorfosis de la que supuestamente alguna vez fue tierna, su esposa Arianna (Marley Shelton), que tras nacer su hijo cambió totalmente de actitud convirtiéndose en una desesperada e histérica madre, lo que perturba la mente de este joven a cada momento.
Por otra parte tenemos a Anna (Blythe Danner) y a Stephen (Tom Wilkinson), ambos padres de Jenna. Ellos pasan por una situación más o menos similar. Anna siente que su relación no posee la misma pasión que antes, poniendo en duda una posible ruptura final. Pero esta pareja demuestra inmediatamente el grado de madurez que la diferencia de la de Michael y Jenna, ya que a los 30 años de casados comprenden que, más que la “pasión”, un símbolo intangible de respeto y comunicación conyugal es lo que los debería unir a esas alturas.
Al principio, Goldwyn nos muestra una comedia con más que regulares anécdotas bien planteadas y directas. No obstante, tras suceder las escenas, y con notorias señas de que algo cambiaría en la atmósfera de la película, podemos descubrir claramente que la cinta pone en perspectiva un género más determinado y serio: el drama.
En el fondo la cinta se desliza en una materia simple y conveniente de manifestar. Michael, Chris, Kenny (Eric Christian Olsen) e Izzy (Michael Weston), son cuatro amigos de parranda que sufren la famosa “crisis de los treinta”, y que a través de ineludibles ejercicios de íntima meditación conforman llegar a un acuerdo de paz interior, todos menos Michael, otorgándole puntos suspensivos a su relación con Jenna en el final de la película. Una muy buena forma de fundir al negro la película, pues así Goldwyn da una oportunidad al espectador de juzgar cual es el final más adecuado.
La verdad duele en algunas escenas. Jacinda Barrett se introduce tanto en su papel de afligida que podemos sentir sus gritos en nuestra propia cara, como si fuésemos el desafortunado Michael. En ese momento podemos notar mucha más credibilidad que en su pasiva actuación de novia amorosa y perfecta de un comienzo. A su vez, Braff se la juega con un papel mucho más logrado que en “su” anterior film, Garden State, donde se nota una caracterización más explícita en los detalles donde predomina el diálogo en las escenas de más exaltación.
El soundtrack que se maneja en este film cuenta con grandes compositores y reconocidos grupos como Coldplay, Fiona Apple, Aimee Mann, Remy Zero, Athlete, Cary Brothers, Snow Patrol o Joshua Radin, entre otros. Una banda sonora de lujo, que sirve además como compilado de nostálgica incertidumbre amorosa, con temas que siguen una la línea acorde al tópico de la película.
Una entretenida cinta que se sumerge en problemáticas necesarias de analizar y muy pocas veces filmadas con tanta identificación y aceptables resultados como esta, pues me imagino que la mayoría de los actores ya va por los treinta, y probablemente la historia se asemeje mucho a sus realidades.