Velvet Underground – 'Velvet Underground & Nico' (1967)
Ópera prima de esta banda New Yorkina que deslumbró a toda una década con experimentales rugidos sónicos. Producido por el artista plástico Andy Warhol (quién además participa como Manager de la banda), este álbum simbolizó todo un concepto pop de oscuras tentativas relacionadas al sexo y las drogas –mas que nada la heroína- especialmente.
Todo comienza cuando Lou Reed –quien tocaba la guitarra y el piano- y John Cale –que se especializaba en el bajo y la viola eléctrica- se conocen en un sello discográfico encargado de formar “bandas de laboratorio”. Allí deciden crear un fallido grupo llamado The Falling Spikes junto a Sterling Morrison –guitarrista-. Un día, a éste último le dio por comprar un ignoto libro onda sado-masoquista titulado 'The Velvet Underground' (escrito por Michael Leigh), y no fue hasta ese instante que decidieron cambiarle el nombre al conjunto, integrando además a la inexperta pero convincente baterista Maureen "Moe" Tucker. Querían grabar un disco de calidad, y ya habían compuesto algunos temas como "Venus in furs", "Heroin", "Wrap your troubles in dreams" y "The black angel's death song". El problema era que no tenían los materiales adecuados para tallar un buen disco, y les hacía falta algo de dinero. Por suerte, en uno de los limitados conciertos que habían otorgado, el famoso artífice pop Andy Warhol se identificó inmediatamente con su impopular estilo musical, tanto así que los contrató para que formaran parte de un gran espectáculo que Warhol tenía en mente. El artista de Art Pop le dijo a Reed y compañía que él se encargaría de que no les faltase nada con la condición de que integraran en la banda a la modelo alemana Christa Päffgen, más conocida como Nico. A la Velvet no le agradó mucho el cuento, sin embargo cuando vieron el billete aceptaron… no muy contentos… pero no les quedaba otra. Es que esta modelo no combinaba para nada con el histriónico estilo que la Velvet imponía con actitud dominante. No obstante, los genios de Reed y Cale lograron adaptar de muy buena forma algunos temas, como por ejemplo "Femme Fatale", un hermosa tonada de admirable resultado. Por otra parte, Warhol, además, se encargó de elaborar la famosa carátula del álbum, con la célebre banana incorporada.
El disco tiene como abertura una increíble canción jamás inventada, ni imaginada, ni siquiera supuesta… "Sunday Morning". Aquí Reed y Cale exprimen lo más dulce de sus mentes y dan forma a una bella melodía bañada en hermosos arreglos con el xilófono. Una joya de tema.
Las drogas son la constante principal de este álbum, tanto en la lírica como en el extraño resultado de ciertos tanteos sonoros. "I'm Waiting for the Man" es uno de dichos casos; se destaca por su directa letra netamente relacionada con el micro-traspaso de heroína, que asimismo ofrece un contagioso compás rockandrollero e influencias vocales de Dylan.
Como había mencionado anteriormente, "Femme Fatale" es una canción muy bien lograda, que denota una profunda sensibilidad por parte de Nico. Los graves de su sensual voz –para algunos- retumban en los parlantes junto a esa armonía en los tonos de su frecuencia que a más de alguna banda contemporánea, levemente, le da por resucitar.
La mística "Venus In Furs" nos invade con una hipnotizante propuesta cadenciosa, imposible es renunciar a terminar de oírla. Es así como nos quedamos atrapados en una anómala atmósfera, y nos preparamos a sacudirnos de cualquier manera con "Run Run Run", enérgica composición de alocadas guitarras y dementes acoples melodiosos.
Nico vuelve a tomar el micrófono para interpretar la fascinante "All Tomorrow's Parties", con un estilo parecido al de "Venus In Furs", pero con más magnetismo y subjetivo calado métrico.
"Heroin" es la gema dorada del álbum. Con un perfecto encajamiento en su expresiva lírica, Lou Reed desata una jugosa ensalada de afectivas palabras para su droga favorita, derramando toda esa pasión por la renombrada heroína. John Cale matiza de manera histérica con la viola eléctrica, concediéndole al resultado más excentricidad de la ya ostentada.
Reed y compañía se vuelven a calmar, invocando el aterciopelado ambiente que dejó "Sunday Morning", y abriendo paso a la pasiva "There She Goes Again" y "I'll Be Your Mirror", bonitos ritmos que recuerdan a momentos dónde la lunática agresividad de Cale descansa… y son Reed y Nico quienes respectivamente se encargan de hacernos levitar sobre el piso con fáciles y accesibles consonancias, incluso hasta bailables, si se desea.
Pero el convulsivo demonio de Cale despierta y vuelve a hacer de las suyas con "The Black Angel's Death Song" y "European Son", material cimentado de perturbadas notas escogidas al azar, rellenas de tópicos referentes al sexo y el exceso de fármacos intoxicantes. A ratos tediosas, obligando al auditor adaptar una ardua paciencia para aguantar algunos acoples que retumban realmente horribles. Sin embargo, estas canciones son admirables, ya que forman parte del artífice módulo que formula nuevos intentos para orientar el estilo rock con nuevos y atrevidos vientos de cambio.
Acertado disco debut que en su época no tuvo mucho esplendor, pero que más adelante se transformaría en placa de culto para los melómanos más experimentados.
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