viernes, enero 12, 2007

'Capote' (2005) de Bennett Miller; el poder de la palabra



Truman Capote fue un gigante, único, todo un personaje que cambió el ritmo de la historia a través de sus magistrales novelas llenas de controversiales tópicos, tales como 'Breakfast at Tiffany´s' (1958) o la renombrada 'In Cold Blood' (1966), 'novela-documento' que relata el asesinato, sin motivo aparente, de los cuatro miembros de una familia de Kansas. De esta última novela, y con un asombroso resultado, el debutante […] director Bennett Miller extrae desde las entrañas del pasado los esclarecimientos que dieron motivos a su obra literaria más gloriosa, la cuál se convertiría en un éxito instantáneo y transformaría a Capote en un genio del género periodístico y retórico norteamericano. Con un poderoso guión -Basado en el libro homónimo de Gerald Clarke-, tanto en verosimilitud como en narrativa, Dan Futterman sorprende de igual forma, recreando una perfecta ambientación de los hechos.

Para esto hay que aplaudir también la delicada y finísima fotografía de Adam Kimmel -quien también estuvo a cargo la reproducción visual en la película de Ted Demme, Beautiful Girls, en 1996-. Tomas precisas, elegantes, que aluden mucho a las sofisticadas escenas del cine de antaño, como si fuera una recreación divina dispuesta a aferrarse posiblemente a todo lo que tenga sabor añejo, tomando muy en serio el diseño de producción y el elaborado montaje en sí, ambos conceptos muy bien manejados.

La trama va más o menos así. En un frío noviembre de 1959, el ya famoso escritor Truman Capote, se haya en su agradable sala de estar leyendo un artículo del New York Times, en la sección de noticias, que refiere, principalmente, al feroz homicidio de los cuatro miembros de la familia Clutter en su apartada granja de Kansas. Capote analiza esto y se queda sugestionado al instante. Sucesos similares aparecen en los periódicos todos los días, pero hay algo que llama la atención del periodista. Y es así como Truman decide investigar aquel caso, y gracias al auspicio de la revista donde trabajaba (The New Yorker), logra emprender un viaje hacia el lugar de los hechos, junto a su casi inseparable amiga de la infancia Nelle Harper Lee. Ya en Kansas, Capote se adentra con todo en el asunto, tanto que decide entregar cada minuto de su valioso tiempo al controversial delito y dejar de lado el supuesto artículo para dedicarse por completo a la elaboración de un libro, basado en el sangriento homicidio múltiple y optando por ubicar a los dos asesinos como protagonistas del show, siendo específico, a uno de ellos, Perry Smith, de quien aparentemente se enamora.

Naturalmente, la maravillosa actuación de Philip Seymour Hoffman -actor galardonado por este mismo papel con la estatuilla dorada al mejor actor principal en la septuagésima octava entrega de los premios Oscar de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood- se roba toda la atención de la cinta. Carismático e intrépido, humanista y susceptible por donde se le mire, el personaje de Capote, interpretado por el premiado actor, se impregna en la retícula del espectador, con esa amanerada personalidad que a más de alguno llama la atención. Ya era hora que Seymour Hoffman fuese valorado como el tremendo actor que es, no cabe duda de que fue muy adecuada la elección de los demás actores (miembros de la academia) que componen el jurado correspondiente a la votación. Ya se ha visto en muchos filmes el virtuoso talento de este señor, era casi imposible dejar pasar esta especial ocasión, donde el actor norteamericano exprime todo su potencial artístico y da vida con un alto grado de credibilidad a un dificultoso y excéntrico personaje del cuarto poder estadounidense.

No es que sobren los demás actores, al contrario, por ejemplo el papel de Perry Smith, que interpreta Clifton Collins Jr., se adecua con total simpleza y armonía al conjunto de condimentos que ensalza la película. No es que sea una tremenda “performance” la de Collins Jr, pero sin duda contribuye de manera tal que, prácticamente, al momento de plasmar los diferentes actos, se nos enseña más de historia contemporánea que de cine-ficción-entretenimiento. Cabe destacar también la presentación de Catherine Keener (Nelle Harper Lee), Amiga fiel de Truman durante el lapso de la cinta. Como la mayoría de las veces, Keener se luce frente a las cámaras nuevamente, con una veracidad en su respectivo personaje al momento de interpretar.

Quizás parezca un poco densa si no se logra enganchar desde el comienzo, pero una vez presentados los personajes, de seguro es imposible escapar de la atractiva propuesta que se nos exhibe el impresionante y aclamado debut del antes mencionado director, no olviden nunca este nombre… Bennett Millar… promete. Recomendable en variados sentidos.

Por Sebastián Chávez Peña

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